Columna de Psicología en el Deporte - Por Gabriel Tabares (*)
En lo deportivo es
importante recapitular y reordenarse psicológicamente para ir cambiando “el foco motivacional”, es decir seguir “un plan”. Ya no es el torneo
“clausura” o “apertura”, por eso es necesario recalcular desde la “motivación”.
Ahora hay un
contexto marcado por el “¿ahora qué?”,
y un estado subjetivo que hace aparecer la pregunta “¿para qué me preparo?”. Por eso implica poner los recursos
necesarios para afrontar la incertidumbre, reorganizarse personalmente y
encontrara nuevos lugares para focalizar la motivación. Es importante el “principio de realidad” reconociendo “no negando” el cambio actual de
contexto, de lo habitual y que pueden producir acciones o reacciones
desconocidas hasta para uno mismo.
La incertidumbre y
la falta de perspectiva son fuentes de angustia. Hay que asumir la angustia y
la ansiedad que genera esta caída de planificación y no ser arrastrado por la
pérdida de sentido ya que la ausencia de competencia puede desorientar al
deportista.
Por eso se puede
entrenar compitiendo contra sí mismo, mejorando destrezas, habilidades, marcas.
Poner nuevos objetivos, de este modo la ansiedad puede capitalizarse en una
mejora en la intensidad del entrenamiento individual.
En el ser humano, lo primero que siempre aparece
ante lo inesperado es el rechazo, posteriormente puede invadirlo el
desconcierto y la ausencia del sentido. Posteriormente, la angustia y la
ansiedad aparecen como reacción subjetiva lógica y esperable. Por lo tanto, se
trata de poner en juego recursos emocionales, tanto personales como grupales,
para ir elaborando la situación y derivando positivamente lo emocional.
(*) Psicólogo especializado en el Deporte.
Comentarios
Publicar un comentario